vecina

Este joven chico, muy normalito por otra parte, se encuentra regando el jardín cuando aparece su vecina… que tiene que «desahogarse» contándole algo.

La situación, muy común entre amigos aunque algo menos entre vecinos, de desahogarse contándole las penas a otro, hace que el chico saque una botella de whisky para aliviar la tristeza. Tanto es así que ella empieza a desinhibirse y a tener calor, y claro, él, que no es de piedra, y que le ha gustado siempre su vecina, intentará tirársela y que ella le coma un poco a él.

En efecto, su vecino es una rubia buenorra, algo delgada pero perfecta para un polvete y consolar las penas que el whisky no puede conseguir. Allí en la misma cocina por tanto, y tras unas cuantas palabras de elogio a su cuerpo, comienza la mamada que él tanto ansiaba.

De ahí se pasará a mostrarle sus buenas tetas que él pretende comerse mientras le acaricia el coñito, el cual no tardará en penetrar desde atrás para dejarle claro a su vecina que ha sido ella quien ha venido a su casa y que es él el que domina y manda. Un buen polvo que se echan, terminando en la escalera.