Monica Roccaforte es una religiosa confesa, y después de pecar, siempre va a confesarse.
Pero el cura… después de oír sus relatos, no puede evitar excitarse… y como penitencia le exige que le quite el calentón. Todo muy sórdido y ajeno a los ojos del resto de feligreses, sexo a escondidas en una iglesia.
Claro está que esa penitencia conlleva otro pecado, y Monica se tendrá que confesar nuevamente. Esto sería lo que se entiende como ‘El pez que se muerde la cola’.
Monica incluso llega a pedirle al cura citas personales y nuevamente surgen el sexo entre ambos, y los feligreses ya empiezan a dudar de la honestidad del cura.
Como conclusión nos quedan dos apuntes, uno, que no todos los curas son gays. Y dos, que tanto oir pecados al final uno revienta o le revienta la entrepierna. Que dura la vida del cura, ¿verdad?